Más allá del machismo

En todo momento de nuestra existencia humana han existido personas que se han atrevido a vivir una sexualidad más libre y abierta, sin embargo, la cultura judeo cristiana imperante nos ha inculcado desde sus inicios que el acto sexual debía tener finalidades reproductivas y cualquier indicio de placer era considerado pecaminoso. ¿Todas las culturas fueron así? No, y en algunas sociedades cristianas no todos llevaron adelante una observancia estricta de estos preceptos, lo cual no logró que dentro de las relaciones interpersonales las parejas pudieran vivir una vida sexual plena. Un ejemplo de ello puede verse en la expresión: "Dama en la calle, señora en su casa y puta en la cama", la cual no es otra cosa que la confirmación de una forma de represión de las sensaciones placenteras naturales que se pueden experimentar en el acto sexual. 

Ahora bien, este tipo de frases no sólo ha condicionado a la mujer, sino que además ha condicionado al hombre en su relación con la mujer, porque si bien la masculinidad implicaba que el hombre diera placer por medio del acto sexual, esto era entendido solamente como producto de la penetración y por supuesto de la virilidad originaria. Esta cultura del acto sexual ha llevado a que un gran número de mujeres nunca hayan conocido el placer en las relaciones sexuales y ha dejado a los hombres con el triste papel de ser los engañados respecto a la sexualidad femenina y el orgasmo consecuente.

Usualmente se suele hablar de esto como machismo, que los machos han impuesto algo, como si todos los hombres fueran responsables de la formación recibida, pero la verdad es que de un tiempo a esta parte y producto de deliberaciones, creo que es correcto señalar que muchos hombres no queremos ser parte de una cultura que durante mucho tiempo nos ha privado a disfrutar la sexualidad de forma más consciente. Porque si la mujer no conoce su orgasmo, el hombre tampoco lo conoce y eso nos lleva a la peor de las ignorancias. 

El conocimiento es la forma más absoluta de poder y hasta este momento, el habernos ocultado por medio de dogmas y tabúes, algo tan orgánico y natural como el placer sexual es uno de los peores escándalos de las religiones. En el siglo XXI toda la sociedad se encuentra con la oportunidad de romper con dogmas que han sido mutiladores, no sólo para las mujeres, sino para muchos hombres que jactándose de su virilidad vivían una vida creyendo que sus parejas sexuales habían tenido placer después de un acto donde lo único que importaba era la penetración. 

Hoy tener una vida sexual plena depende de nosotros más que nunca. Por eso no olvides estimular el clítoris de tu pareja femenina, con paciencia y escuchando a su cuerpo, que de seguro llevará a ambos a experiencias únicas. 

Imagen: Make Love Watercolor 230 - Tina María Elena

https://tinamariaelena.com/

 

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